jueves, 2 de mayo de 2013

♫ Tengo que aprender a volar entre tanta gente de pie ♫

Respecto a mi entrada “Desprendimiento de una máscara” quedaron varias ideas dando vueltas. Una de ellas era dilucidar qué haríamos con dicha mascara. La clase no ofreció mayores respuestas, ya que solo nos dedicaríamos a adornarla.
La profesora entro con materiales, temperas, pinceles y yeso para tapar imperfecciones. En ese momento todos nos convertimos en artistas. 
Y no es que yo vaya por la vida cuestionándome las cosas, o quizás sí, pero bueno…eso es un gran punto aparte. Pero la clase estuvo llena de significados para mí, y mientras tenia a un objeto pálido que intentaba asimilar las imperfecciones de mi rostro, ahí en frente a mis ojos yacía una parte de mi. Pude no haber prestado mayor interés y solo dedicarme a pintar la figura, darle vida y color a ese objeto inanimado, pero no, preferí darme un minuto para pensar en quien soy, que es lo que realmente soy. Más que mal lo que iba a plasmar ahí debía reflejar una parte de mi esencia. O eso es lo que pretendía yo.
No llegue a mayores conclusiones, solo recordé las veces que he pasado por el mismo tipo de cuestionamientos, la definición de mi identidad. 
El solo ejercicio de querer “definirme” me complica. Siento que las definiciones en este tipo de situaciones son limitante. Cuando me preguntan ¿cómo eres? por mi mente solo circulan palabras vagas. Solo sé que soy un montón de cosas determinada por las circunstancias. Definirme es estructurarme y eso es lo que trato de evitar.
 La construcción de mi personalidad se basa en una toma de decisiones diarias, un vivir en el momento. Soy un ser dinámico, sujeto a cambios que están latentes a cada momento. Patento en mi lo que considero propio de un verdadero ser humano (noble por esencia) y dejo al cambio lo que a mi juicio es dañino para el alma. De todas formas esas definiciones (no tengo otra forma de definirlo), son el producto de conversaciones con mi mente, mías. 
La verbalización es el problema, si cambio para “bien” o para “mal” solo ajusto el discurso con mi mente y no con las personas que a veces exigen explicaciones o las sugieren.

En fin, luego de esta breve explicación intento dejar claro que las definiciones en mi no funcionan. De todos modos y continuando con el tema de la clase, tenía que pintar la máscara, y debía tener un significado. Mil ideas en mi mente, plasmarlas era el dilema.
La lluvia de ideas pasaba por mis gustos pero lo simplifique en algo bastante claro, una galaxia. Mi mascara cubierta por completo de negro, dejaba emerger justo en la zona del ojo, un cumulo de estrellas que se iban expandiendo por todo el rostro. La explicación queda a criterio de los que lean esto. Las últimas palabras las gastaré diciendo de que aun no se qué haremos con las mascaras, pero sea lo que sea, habrá una historia que se referirá a eso.

     
     Una canción que me acompaño mientras escribía

            
         


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