jueves, 9 de mayo de 2013

Fluir... ♫





La actividad desarrollada durante la clase de movimiento creativo fue muy variada. Se formaron varios grupos de trabajo con distintas tareas asignadas para cada grupo. Comenzada la actividad, la profesora reunió a quienes no iban a participar de movimiento creativo en si. Fuimos varias las que conformamos el grupo, aunque de todas formas teníamos una tarea igual de importante que realizar. Es así como la profesora nos encomendó la tarea de crear música con objetos o instrumentos que encontráramos y que el sonido fuera parecido a los emitidos por la mismísima naturaleza, en esencia, que fuera lo mas relajante posible.
 En lo personal creí que sería tarea fácil, pero trabajar en equipo requiere de la incorporación y simplificación de varias ideas. Con mi grupo nos retiramos a la oficina de la profesora en donde buscamos varios objetos. Así fuimos descubriendo varios elementos que nos serían útiles para empezar. Hallamos varios instrumentos como un tambor, un triangulo, maracas y unos palos. Así como también encontramos lo mas excéntricos objetos para intentar hacer sonidos relajantes. Entre ellos un vaso que contenía azúcar, alfileres metidos en una caja y papel celofán. Pero fueron los platillos tibetanos los protagonistas, su sonido es infinitamente relajante. Cuando cada una de mis compañeras había elegido su instrumento comenzamos a crear o intentar sacar algún sonido que fuera armonioso a nuestros oídos. Nos costo bastante dar en un ritmo, ya que la descoordinación era lo nuestro. Pero fue muy gracioso el proceso de querer sacar una melodía. Nos reímos muchísimo. De ahí destaco lo importante del trabajo en equipo, para reforzar la tolerancia, la entrega, el compartir ideas y que estas sean escuchadas, el compañerismo y el aprendizaje que siempre está presente. 
Cumplido nuestro plazo para hacer la melodía, nos dirigimos a la sala donde se encontraban mis compañeros. Cuando llegamos a la sala el panorama ahí era totalmente distinto al nuestro.

Sentados en el suelo vimos como un grupo de mis compañeros entraban por la puerta portando todos las mascaras realizadas en la clase anterior. Con extraños movimientos la idea fue clara. Había un líder que guiaba a los demás, y a través de movimientos y gritos guturales iba reviviendo a cada uno de los personajes que  portaban una mascara. Fue muy entretenido. 


Luego fue el turno de un segundo grupo, con mucho más participantes que el primer grupo. Cuando comenzó a sonar una música muy alegre comenzaron una seguidilla de movimientos impregnados de la identidad de quienes los ejecutaban,  cada uno fue dueño de su propio movimiento. Salieron a escena algunos pocos y a medida que avanzaba la música se iban sumando mas compañeros. 
 Finalmente, después de tanto movimiento venía el relajo. Ahí nos hicimos protagonistas con mi grupo de compañeras.
 La actividad realizada por mis compañeros tuvo mucho que ver con lo que realizamos con  mi grupo. El trabajo en equipo. Además, dejamos fuir nuestra esencia, nos soltamos y nos dejamos llevar a través del sonido. Actividades que contribuyen a desarrollar nuestro compañerismo y creatividad. 

                                               

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